Una nueva entrada a la colección de textos curada por Javier Soria Vázquez Unx por unx.
Por Mariano San*

Hace meses despierto en un cuarto que de a poco voy sintiendo mío, ha logrado envolverme entre sus altas y húmedas paredes. Debajo del piso de madera existe un sótano profundo, oscuro; repleto de escombros y materiales abandonados, debe ser ahí donde de verdad el tiempo no existe. De alguna manera siento que emana un resplandor mientras duermo.
Vivo en una suerte de pensión de más de cien años en el barrio de San Telmo. Un pasillo largo al que bordean tres casas iguales, mi cuarto está en la primera. Cada casa tiene dos niveles, sus sótanos y sus terrazas. Hoy salí a caminar sin destino por el barrio, me detuve mirando el césped musgoso que crece entre los adoquines de la calle y otra vez pensé en el tiempo. El gris y el verde. Lo viejo y lo nuevo.

Desde que llegué a Buenos Aires no he dejado de pintar montañas, tal vez sea una especie de autodefensa frente al hermetismo. Me gusta pintarlas gigantes, brillantes e infinitas; con sus cuevas de dioses y demonios, pensarlas como la alianza entre el cielo y la tierra. Supongo que en ellas también hay una enorme soledad, donde el ruido cesa y resplandece igual que mi sótano.
Cada vez me detengo más a pensar la vida antes de pintar. Buscar las formas y el color, para traducir el tiempo.
Al fin y al cabo para mí se trata solo de suspenderlo.

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*Nacido en San Miguel de Tucumán en 1989, es artista visual y músico.
**El registro de las obra de Mariano San es de Dante Salas.
Bien mariano, sutil y hermoso
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Hola Mariano soy Marta Mena amiga primero de tu tía Marta, y después de tu madre. Ella me mandó esto. Me encantó. Tiene la sencillez y frescura del talento verdadero que no necesita recurrir a artificios para describir su interioridad. Excelente!!!! Un abrazo muy grande
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